Así será el dormitorio de Pedro. Tiene 10 años.
Está creciendo. Ganan territorio las pantallas y los juegos en red.
Podemos dejarle muchos cajones, para conservar sus autitos y usarlos en los ratos en que quiera seguir siendo niño.
¿Dormirá en la cama de arriba? Sería como estar en la torre vigía.
Desde la cama de abajo tendría a su mejor amigo cerca, para ver juntos una película y reír en voz bajita las noches de pijamada.